sábado, 10 de enero de 2009

Comportamiento del husky

El Husky Siberiano es un perro que, a diferencia de otras muchas resultantes de múltiples cruces, es de raza pura. Pero sigue siendo, ante todo, un auténtico perro de trabajo. De este modo, es particularmente importante que realice una actividad física y reciba un adiestramiento apropiado.



Comportamiento

El Husky Siberiano es un perro que aún se mantiene en estado natural, es decir, conserva su pureza de raza y todas las características inherentes que le sirven para comunicarse en su medio. Sus orejas erguidas pueden adquirir diferentes posiciones.

Su mímica es muy variada, y la zona alrededor del hocico, a menudo de color claro y similar al del lobo, define aún más sus rasgos distintivos. Su cola sin cortar, llevada de forma natural, le sirve también para comunicarse con sus semejantes y su pelo se eriza maravillosamente bien. Para comunicarse también emplea el lenguaje acústico, los mensajes olfativos y los roces.

La mayoría de las veces, expresa sus mensajes mediante un comportamiento global que implica una combinación de todas las señales mencionadas. El repertorio de comportamientos del perro es innato a su raza, y en lo referente al trato con sus congéneres es consecuencia del trato social que ha tenido y del adiestramiento que haya recibido. Este comportamiento en grupo sólo está indicado para perros que manifiesten tener un cierto carácter.


Comportamiento y actividad fisica del husky


El lenguaje corporal
Ocupa un lugar destacado en su vida. Comportamiento de juego: Su Husky le invita a jugar, estiradas sus patas delanteras y tocando el suelo con el cuerpo. También, cuando salta de forma juguetona sobre usted, le empuja con el hocico o corre formando círculos a su alrededor.


Comportamiento dominante: Para expresar su autoridad a otro perro, el Husky estira las extremidades y se mueve rígidamente para parecer más grande. Los pelos del lomo y alrededor del cuello se erizan; las orejas, dispuestas hacia adelante. El cuello, la cabeza y la cola, estirados. También forma parte de este ritual, marcar con la orina o con las heces el territorio y escarbarlo después.


Comportamiento amenazante: Hay que distinguir entre la amenaza ofensiva de la defensiva. La amenaza ofensiva es consecuencia del comportamiento dominante.

Además de las señales descritas anteriormente, el perro enseña los dientes delanteros, inclina ligeramente las orejas hacia los lados y mira fijamente a su rival. En el caso de la amenaza defensiva, que suele expresar un perro más pequeño, tira hacia atrás de las comisuras de los labios y enseña también los dientes posteriores. Por último, el perro se acurruca, mete la cola entre las piernas y las orejas caen hacia atrás hasta tocar con la cabeza.


Sumisión: Si durante una pelea un perro se somete a otro ante la superioridad de su rival, se echa de espaldas en el suelo con la cola recogida. Este comportamiento, llamado de «sumisión pasiva», se expresa con las orejas caídas hacia atrás y, el hocico bien cerrado, estiradas las comisuras de los labios todo lo posible también hacia atrás.

En caso de «sumisión activa», el perro de rango inferior muestra su afecto al de rango superior (también al ser humano). Asimismo, se lame el hocico, se acurruca y mueve la cola vivazmente. A menudo da la «patita», y, los muy sumisos, hasta suelen dejar escapar unas gotas de orina. Pero, como esta actitud en ningún caso guarda relación con las normas de higiene que se le han enseñado durante su adiestramiento, no se puede castigar al perro por ello.


El lenguaje acústico

Ladrar y aullar: Los Husky son perros que ladran poco, aunque si están excitados o en compañía de otros tienden a aullar. La solidaridad con la manada se impone. El Husky abandonado aúlla, porque quiere estar acompañado y no en soledad. Gruñir:

El gruñido es un sonido de aviso. Así, es típico de los comportamientos dominante y de amenaza. Si el perro advierte algo inusual o «sospechoso», por ejemplo para defender la comida ante sus congéneres, gruñe también.


Ladrar lastimeramente y gañir: Los ladridos lastimeros son un signo inequívoco de sumisión frente a otro perro de rango superior al que se somete. Por otro lado, también pueden estar provocados por cierto malestar o excitación. Gañir, sobre todo repentinamente, significa la queja del perro con gritos agudos y repetidos de dolor.

© El husky siberiano